La experiencia de un cliente es la manera en que interactúa con su empresa a través de una serie de puntos de contacto individuales. La suma de todas esas experiencias únicas durante su ciclo de vida constituye el journey del cliente. Para mejorar la CX, una empresa puede orquestar ese journey en función de las necesidades y los objetivos de cada cliente (por ejemplo, usando la inteligencia artificial para encontrar patrones de comportamiento que muestren el mejor paso a seguir después de ciertas interacciones), y brindarle experiencias personalizadas a escala.